Doctor en Medicina por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica por el Instituto Universitario Dexeus de Barcelona. El doctor Villamor es el director médico de la clínica iQtra Medicina Avanzada desde hace 20 años, y uno de los mayores expertos del mundo en cirugía de rodilla, hombro, tobillo y cadera. Recibió el pasado miércoles el Premio al Mejor Traumatólogo en la sexta edición del Salud Festival, celebrado en Barcelona.

  • ¿Qué significa para usted recibir el Premio Honorífico al Mejor Traumatólogo en el Salud Festival de este año?
    Recibir este premio es un gran honor. Es un reconocimiento a los dedicados esfuerzos de todo nuestro equipo aquí en la Clínica iQtra. Personalmente, es un testimonio de los años de arduo trabajo y compromiso para mejorar los resultados de los pacientes y avanzar en la medicina traumatológica.
  • Como referente en traumatología, ¿hacia dónde está evolucionando esta especialidad?
    Hemos aprendido que la especialidad de traumatología no es tan quirúrgica como pensábamos. En los últimos 10 años hemos disminuido más de un 50% las cirugías. Ahora, el camino son los tratamientos biológicos, que suponen una absoluta revolución, al menos en nuestra práctica diaria. Tuve la suerte de ser uno de los pioneros en el uso de células madre en España para tratar determinadas lesiones.
    Los factores de crecimiento estimulan la capacidad de reparación del paciente. Por ejemplo, antes, las roturas de menisco se operaban todas, pero generaban a lo largo de los años artrosis al dejar la articulación sin ese amortiguador. En la actualidad conseguimos repararlo con infiltraciones a base de plasma rico en factores de crecimiento. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con los tendones o las articulaciones. Es espectacular obtener el mismo resultado sin necesidad de operar al paciente.

 

  • ¿Cómo funciona la medicina biológica?
    La introducción de la terapia molecular –con la aplicación del concentrado de factores de reparación de los tejidos extraída de la sangre del paciente y el tratamiento celular a través de la inyección de concentrado de células madre– utiliza el poder de las propias capacidades regenerativas de tu cuerpo para promover la curación y la reparación de los tejidos. El tratamiento consiste en aislar y concentrar una porción de tu propia sangre, rica en factores de crecimiento, para estimular y acelerar el proceso de curación. Es mínimamente invasivo y tiene un bajo riesgo de reacciones adversas o complicaciones.

 

  • Cuando no hay más opción que intervenir quirúrgicamente, las prótesis y la cirugía mínimamente invasiva se han convertido en sus grandes aliados ¿Qué avances se han alcanzado?
    La artroscopia nos introdujo en el concepto de la cirugía con mínima agresión. Frente a la creencia clásica de que las grandes cirugías siempre se tenían que acompañar de grandes incisiones y grandes abordajes, hemos descubierto los magníficos beneficios de la mínima invasión. Estás técnicas nos permiten resolver problemas traumatológicos a través de incisiones de 5 mm con cámaras de tan solo 3 mm de grosor que introducimos en articulaciones y cavidades del paciente para suturar, reparar y reconstruir distintas lesiones, usando instrumentales igualmente pequeños que diseñamos junto a ingenieros especializados. Actualmente practicamos cirugías en articulaciones tan profundas como la cadera y que, en muchos casos, protege a pacientes de deterioros articulares. Cirugías que llamamos preventivas o preservadoras con las que podemos evitar la necesidad de una prótesis futura.

 

  • ¿También ha existido un avance significativo en la cirugía de prótesis?
    Hasta principios de este siglo no nos planteábamos poner una prótesis a un paciente joven y activo porque sabíamos que, por aquel entonces, tendríamos que recambiarle la prótesis cada diez años por el desgaste natural del material. Ahora disponemos de prótesis resistentes a la actividad física, que pueden durar 20, 30 o más años, y que además disponen de piezas modulares de recambio que han reducido al 100% la agresividad de la cirugía cuando la prótesis original se desgasta. De modo que hemos pasado de una durabilidad de tan sólo una década a unas prótesis que pueden superar los 30 años y que, además, ya no tienen que ser arrancadas y sustituidas, sino que, recambiando únicamente las piezas que friccionan entre sí, con una cirugía menor, nos darán para otros 30 años.

 

  • ¿Cómo se traducen estos avances en los pacientes que pasan por quirófano?
    Estamos poniendo las prótesis a través de mínimas incisiones que no solo son estéticamente agradecidas, sino que el hecho de no agredir a los músculos, tendones y otras estructuras vecinas suponen un importante avance en la reducción del dolor, la inflamación, el riesgo de infección, el ingreso hospitalario o la medicación analgésica necesaria.

“En los últimos 10 años hemos disminuido más de un 50% las cirugías. Ahora, el camino son los tratamientos biológicos, que suponen una absoluta revolución, al menos en nuestra práctica diaria”.

Actualmente practicamos cirugías en articulaciones tan profundas como la cadera y que, en muchos casos, protege a pacientes de deterioros articulares.

El futuro de la traumatología

  • ¿Cuáles son sus recomendaciones para unos huesos fuertes?
    Es muy importante mantenernos en forma. Nuestra generación y las futuras, están siendo muy longevas. Hay muchas personas mayores que quieren mantenerse bien. Estamos en un momento en nuestra especialidad en el que empezamos a preocuparnos por mantener sano el sistema musculoesquelético de la persona mayor.

 

  • ¿El ejercicio físico mal practicado llenan urgencias de traumatología? Una de cada tres lesiones que tratamos en la clínica se deben a prácticas deportivas que de por sí son muy demandantes como el triatlón, las maratones o el gimnasio. Esto no significa que el deporte sea insano, sino que depende del modo de practicarlo. Hay que saber dar con el punto que te mantiene sano y no querer superarlo dañando los tejidos, articulaciones, tendones o músculos. La mayoría son lesiones por fatiga, por estrés mecánico o por sobreesfuerzo. No son tanto accidentes, como por ejemplo vemos en el esquí o en el motociclismo. Entre las que están relacionadas con el gimnasio vemos muchas lesiones en los cartílagos de las rodillas, condromalacias rotulianas por sobresfuerzos en sentadillas o salto de bancos, muchas lesiones de tendones de hombro por practicar incorrectamente ejercicio de barra y pesas. Hay que intentar ser más cuidadosos con nuestra preparación siguiendo las directrices correctas que te dan los profesionales de la salud.