La torcedura del tobillo de Carlos Alcaraz trae a la memoria otras sufridas en pleno juego por otros tenistas. Es inolvidable la del alemán Alexander Zverev en junio de 2022, durante las semifinales de Roland Garros contra Rafa Nadal. Un paso cruzado y su pie derecho se torció hacia dentro de una manera aterradora. La consecuencia: paso por el quirófano y más de seis meses retirado de las pistas (regresó en septiembre de 2022, pero tuvo que abandonar de nuevo la competición).
Lo de Alcaraz, a primera vista, no parece tan dramático, pero sí le ha obligado a retirarse de la competición (y alejarse del objetivo de alcanzar el primer puesto de la clasificación ATP). ¿Qué puede pasar ahora? ¿Cuándo volverá a estar en plena forma?
Sea cual sea la gravedad de la lesión, “la primera opción siempre es el tratamiento funcional”, apunta el doctor Ángel Villamor, especialista en traumatología deportiva. “Lo más probable es que Carlos se haya hecho un desgarro del ligamento lateral externo del tobillo, que es la estructura que más se afecta cuando hay una torsión (en deporte, pero también en no deportistas)”.
La lesión -frecuentísima- ocurre porque el pie se mete hacia dentro, tensa el ligamento lateral externo del tobillo y puede hacer una pequeña distensión (lesión de grado uno), un desgarro parcial (grado 2) o una rotura total (grado 3). La resonancia magnética y la ecografía mostrarán el daño que se ha producido. “Generalmente, se pueden tratar con tratamiento conservador (no hace falta operarlos) y se curan”.
Mantener el movimiento
Villamor confirma que, desde hace más de 10 años, las escayolas están totalmente descartadas, porque la inmovilización tiene más desventajas que beneficios. “El tratamiento funcional consiste en colocar un vendaje con unas tiras (taping), según sea el ligamento lesionado. Las cintas se disponen de forma que bloqueen el movimiento que ha provocado la lesión (en este caso, la torsión), pero no otros, y el paciente está caminando y, en algunos casos, entrenando”. Además, el movimiento hace que la sangre bombee correctamente, y absorba el hematoma y transporte los factores reparadores a la zona lesionada.
«Generalmente, se pueden tratar con tratamiento conservador (no hace falta operarlos) y se curan»
“Una ventaja importante es que la cicatrización de los tejidos rotos se establece con la elasticidad y los movimientos que realiza el deportista con el vendaje puesto”. Por el contrario, advierte el traumatólogo, que es director médico de IQTRA, “cuando se inmoviliza, se forma una cicatriz rígida que tiene que reelastificarse y el paciente siente dolor al volver a caminar”.
Durante el tratamiento, el vendaje se levanta cada día que el paciente acude a fisioterapia para hacer los masajes de drenaje, y después se vuelve a colocar. Y a todo esto se añaden, , en ocasiones, infiltraciones de plasma rico en factores de crecimiento. “Aceleramos, de forma muy efectiva, la recuperación del ligamento”.
Dos meses y a competir
Por tanto, “taping, fisioterapia y terapia biológica son los tres pilares del tratamiento” y el tiempo de recuperación variará en función de la gravedad de la lesión. “Si es una distensión, podrá estar recuperado en una o dos semanas; si es una rotura parcial, en torno a un mes, y si se trata de una rotura total, como máximo harán falta dos meses para que se recupere”.
Ángel Villamor insiste en que los escenarios expuestos son los más probables, pero “puede que haya alguna pequeña fractura o lesión del cartílago, que son menos frecuentes”.
Lo esperable es que no sea una lesión importante y Carlos Alcaraz se recupere al cien por ciento, sin secuelas, salvo que “el cartílago se haya dañado”. Si ha habido una rotura total, puede suceder que la cicatriz no quede suficientemente tensa y el tobillo se quede más predispuesto a tener esguinces de repetición; “si el tratamiento se ha hecho correctamente, es muy poco probable que suceda”.
Poniéndose en el peor de los casos, el médico confía en que Alcaraz estará a pleno rendimiento en unos dos meses, incluso “puede competir con un vendaje funcional puesto”.